En la devastación borrando lo viejo, difundiremos un nuevo mito en el mundo.
(Mayakovski, 1922)
El libro trata, —personalmente hablando—,
de la necesidad de transformación de la esencia del individuo, para apegarse
adecuadamente y “desarrollar” el sistema político – económico del socialismo,
pongo comillas a la palabra referente al desarrollo porque no es la visión de
un desarrollo personal sino colectivo, esa es la visión que debe imperar en la
persona, es decir, uno no debe buscar el desarrollarse y poner todo el esfuerzo
para alcanzar cierta meta a nivel personal e individual, sino que debemos poner
todo nuestro trabajo, esperanza y empeño, en el crecimiento y desarrollo de
“todos”, donde el TODOS incluye única y exclusivamente a aquellos individuos
que están a favor e involucrados al 100% con las líneas de los dirigentes del
estado [entiéndase los partidarios], espero que se lea, pero he querido
transmitir en estas breves líneas introductorias muchas de las características
de los actuales activistas políticos de partidos de izquierda, los autollamados
revolucionarios y que a mi me gusta llamar, de manera un poco ofensiva,
guerrilleros, porque en realidad están quejándose del sistema, pero no denuncian
aquellas características especificas de dicho sistema y proponen una
alternativa real y que funcione, al menos en el papel, para tratar de
transformar el devenir del mundo.
Una de las primeras aseveraciones del
libro reza de la siguiente manera:
“No se ha descuidado ningún aspecto de la
vida humana: el partido y el estado que este partido ha instaurado, han asumido
la tarea de la educación, se han hecho miembros plenos de la familia,
coproductores de todos los bienes culturales y han nacionalizado la lengua.”
(Heller, 1985)
Para dicha tarea “el Partido” es muy
consciente que debe hacer uso de herramientas como el miedo, el odio, e incluso
la corrupción para poder edificar adecuadamente el carácter de todos y cada uno
de los individuos, quiero poner atención en la característica de “odiar”, dicha
sensación psicológica humana, es retomada por al amigo Orwell en su versión del
magnifico libro “1984” donde “el minuto de odio” es una actividad
institucionalizada, organizada y puesta en marcha por el “gran hermano” como
una de las actividades cotidianas a las que deben sumarse todos los miembros de
la sociedad sin poner reparo al respecto.
Principalmente es evidente el mecanismo
de control que debe ser llevado a cabo por parte del partido, es decir, los miembros
activos de la sociedad, no deben ser participes de actividades que no vayan en
pro del estado colectivo, no deben “sentir” emociones que vayan en contra de la
línea que busca el partido, y no deben tener ningún tipo de pensamiento que no
vaya en la línea del partido… EL CONTROL DEBE SER TOTAL!! Requerimiento que no
se mantiene oculto a los ojos, ni de las victimas o implicados primarios en el
proceso, así como también a la comunidad internacional que, primeramente,
servirá de espectadora de cómo se va desarrollando una nación con concepciones
de dirección totalmente socialistas y reconstruida bajo esa ideología/visión
del universo.
“Brindo por estas gentes sencillas,
ordinarias y modestas; por estos —engranajes— que mantienen la marcha de
nuestra gran máquina del Estado." - Iósif Stalin… "Pero es preciso
que alguien vigile los engranajes... " - Nikita Jrushchov
Es de esta manera, como la lectura nos va
aproximando de manera muy precisa, certera y detallada, a todas las
implicaciones que conllevó la revolución de octubre para 1917, que transformó
el sistema político de la unión soviética y que marcaba el punto de iniciación
de la construcción de un “hombre nuevo”, efecto que hizo eco en la cultura e
incluso en todas las participaciones artísticas internacionales que se tuvieron
a partir de la URSS en formación socialista.
Uno de los puntos que personalmente me
llamó mucho más la atención de lo narrado en el libro, es el hecho que como
individuo, es dañino y no aporta nada al estado, el que seas entregado a tu
familia, —por lo que la promoción y el tratar de que existiese ese “amor” por
la familia era contrario a los objetivos—, se debía crear un amor por el
partido (que muchos salvadoreños actuales tienen en medida venenosa) y no así
el amor por cosas individuales, donde estaba la familia, la pareja, los hijos,
las vocaciones, etc.
Yo al respecto y por molestar a las
personas, realizaba una broma de que la mujer socialista, no debe tener
restricción, —por un solo hombre como su pareja—, porque eso es contrario a la
abolición de la propiedad privada y a la institucionalización de igualdad,
todos tenemos derecho a tener acceso a todo las cosas buenas y a los medios de
producción de manera nivelada igual, por lo tanto debes ser para TODOS y no
solo para uno!! Era broma y lo decía, tal como lo es con todo lo que digo, sin
fundamento real… cosa que cambió a partir de la lectura, porque aunque lo crean
o no, era uno de los fundamentos en los que debía basarse el modo de
pensar/actuar de todos los individuos en la URSS, si bien no lo narra en pro de
la promiscuidad, pero sí lo hace como característica contraria a la abolición
de la propiedad privada.
De donde me viene la reflexión que hace
todavía más tonto (personalmente hablando) el sistema socialista: “tu pensamiento,
deseo, aspiración, amor, energía, dedicación… No es tuyo, sino que le pertenece
al estado, por lo tanto, el estado hará uso de ello como lo estime
conveniente”… Por lo tanto, tu tiempo de ocio (tiempo libre) en el que no estés
trabajando para el estado, debe ser ocupado en algo que vaya siempre en pro del
estado, por lo tanto debe ser regulado, el tiempo libre deja de esta manera de
ser libre.
De lo narrado en el ultimo párrafo
respecto a la intervención autoritaria del estado (sistema) en todas y cada una
de las decisiones que te ocupen como miembro de determinada sociedad, es algo
que si bien se percibe extremista, no es exclusivo de las sociedades o de las
construcciones sociales de tipo comunista, sino que actualmente se vive, hasta
cierto grado, ese control por parte de las esferas dirigentes que pretenden
tenerte en cierto papel y que tu actuación no sea contraria a los objetivos de
la obra, es decir, el uso del tiempo libre, por ejemplo, era controlado de
manera tacita y bien segmentada en la URSS, con el listado de actividades en
las que podías ocuparte, con control de asistencia y comprensión/integración de
dicha actividad… lo mismo pasa actualmente en el país, de manera mas sinuosa
sin que realmente seas consciente de ello.
El hecho que yo el día que se supone que
tengo libre, este pensando en ocuparme de consumir cierto producto, visitar
ciertos lugares en la compañía de la familia, o piense de manera dizque
egoísta, y quiera darme un tiempo para mí aislado en algún lugar del país, son
opciones que están limitadas y que buscan cierto objetivo (consumo), lo único
es que esas actividades no están en una lista oficial y segmentada de manera
tacita. Sino que son imposiciones culturales que el sistema ha vendido como
“agradables” o “mejores”, que son en las que debes invertir tu energía/tiempo.
Es mucho más sutil, pero sigue siendo preconcebido y permitido por las altas
dirigencias del sistema, sistema que actualmente ha dejado de ser nacional,
para convertirse en transnacional, teniendo como dirigentes a los estrategas
comerciales. No tenemos dictadores, ni policías de pensamiento como en la URSS
o en 1984 (porque también eso coincide con la obra de Orwell), pero las
herramientas de ejecución han sido pensadas y restringidas para aportar a
cierto objetivo que al final hará mantener la estructura social, política y
económica.
Esas dizque fueron las reflexiones a
partir de la lectura del “Hombre Nuevo Soviético” de Michel Heller, el libro
merecía una entrada de blog, y no solamente un post en cualquiera de las redes
que se usan para ello, si quieres puedes descargarlo de https://drive.google.com/open?id=0B3qEDLadw0gHM0QyVElLZ3BuQlE
y por favor haz tu critica o un comentario vaya para que me sienta un poco
querido y no lo que realmente me han ignorado.