sábado, 10 de noviembre de 2018

La Antropología Latinoamericana – Expresión innovadora de la Historia.

La Antropología Latinoamericana – Expresión innovadora de la Historia.


El estudio de la ciencia antropológica tiene sus primeros trabajos formales, ya basados en el análisis, uso y transformación de ciertas “leyes” que explicaban de manera sistemática el comportamiento y muchos otros aspectos humanos, para la primera mitad del siglo XX, se debe tener presente que los protagonistas y las instituciones responsables de dichos estudios, fueron anglosajonas, provenientes generalmente de Inglaterra, Francia y EEUU. Esos trabajos fueron los que dieron al mundo la visualización y la importancia de un análisis sistemático y formal de lo que era el “hombre” y todo lo que estaba ligado a la formación de culturas que no se esquematizaban según los principios occidentales con la economía como piedra angular del desarrollo de todas y cada una de las naciones capitalistas.

Es con el análisis de estas “culturas diferentes” que comienza a tejerse la importancia y la necesidad de diseñar, dominar e implementar, toda una nueva forma de abordar el tema de las culturas con sus rasgos particulares de identificación y todo lo que conlleva el desarrollo de dichas culturas/sociedades de una manera diferente a la sociología y la psicología; es en este marco en el que se retoma las palabras de Margaret Mead:

Los antropólogos se hallan mejor dotados que los integrantes de la mayoría de otras disciplinas para contribuir activamente al progreso del pensamiento ordenado, si bien estamos sujetos también a formas particulares de inclinaciones rutinarias que nos aíslan. (Meads, 1971).

Donde deja evidenciado el carácter e importancia de la disciplina en sus primeros trabajos y aportaciones a la humanidad, ya como una ciencia que debe desarrollarse y cuyos resultados son de beneficio general para todos.

Es con todo ese conjunto de ideas que se va institucionalizando el perfil de lo que debe ser el antropólogo en el mundo profesional, y todas las implicaciones esperadas en los trabajos que éste vaya desarrollando:

Sería cumplida, pues, la responsabilidad principal de los antropólogos de rescatar, registrar y publicar la información sobre estas culturas y pueblos que desaparecían. (Meads, 1971).

Como se puede apreciar el trabajo científico del antropólogo debe ser íntegro y no perder de vista el carácter formal y el alcance de los resultados de todo trabajo que se lleve a cabo. La antropología, como bien puede apreciarse, es relativamente una ciencia en desarrollo y que por el propio “objeto de estudio” como lo son las diferentes expresiones de desarrollo, construcción e interacción humana, permite una dinámica y constante evolución de los estudios que se realizan, tanto en términos de tiempo, como de lugar geográfico, permitiendo la diferenciación de abordaje de determinado fenómeno humano, incluso dependiente del marco de abordaje que se use en determinado caso, Margaret Mead nos deja claro ese carácter dinámico de la ciencia antropológica:

Pienso que es justo aún tratar a la antropología como una ciencia de campaña, cuyos miembros trabajan con material recién extraído, estudian a los hablantes vivientes de lenguas vivas, excavan la tierra donde todavía los restos arqueológicos permanecen in situ, observan el comportamiento de los reales hermanos de las madres frente a los hijos de las hermanas, toman cuenta del folklore de labios de aquellos que escucharon los relatos de otros hombres, miden los cuerpos y extraen sangre de los individuos que viven en sus propias tierras, tierras a las que hemos viajado a fin de estudiar al pueblo. (Meads, 1971)

Punto de partida para considerar la existencia de una posible marcada diferenciación o un diferente enfoque en los estudios antropológicos que se realizan en América Latina, con todo el contexto de dichos estudios y los perfiles teóricos y académicos que tienen los protagonistas de dichos estudios, a esto debemos sumarle la participación o influencia que tienen otras disciplinas sociales en la interacción con antropología para analizar de mejor manera determinados fenómenos sociales, el peso de los intereses institucionales o políticos y la presencia de configuraciones estructurales sociales altamente variados en los diferentes países del subcontinente, crean un escenario particular para las producciones científicas antropológicas latinoamericanas, dicha particularización de los estudios latinoamericanos puede ser comprendido a partir de tres enfoques posibles, tomando una de las explicaciones tenemos la siguiente afirmación:

Esta referencia puede ser entendida de tres maneras: como una circunscripción geográfica, como una referencia a problemas históricos y culturales particulares, o como una referencia a enfoques y epistemologías propias de América Latina. (León, 2010)

De la anterior exposición de posibilidades para comprender las peculiaridades de los estudios latinoamericanos, retomaremos los últimos dos planteamientos, debemos analizar y visualizar todos los fenómenos presentes en las sociedades latinas tomando en cuenta las particularidades históricas y toda la lucha de clases e intereses que se han vivido en el continente, así también un estudio antropológico latinoamericano puede hacer referencia de diferenciación por el enfoque teórico particular tomado por el investigador.

Para los investigadores chilenos, América Latina implica una problemática histórica concreta a la que la investigación social da una respuesta. (León, 2010)

Apegándonos a la afirmación anterior, es menester de la antropología no solo garantizar la auténtica, acertada y específica postura teórica en los estudios sociales, sino también fungir como herramienta que permita la solución a determinados problemas histórico-sociales presentes en cada uno de los diferentes países del istmo.

Como sabemos, existe una antropología hegemónica y otras periféricas; existen miradas y metodologías universalizantes en disputa frente a diseños locales de la misma ciencia. La economía del conocimiento, la geopolítica del saber, la división internacional del trabajo académico, el euroamericanocentrismo aún reinante en el ámbito universitario han prefigurado un campo en disputa dentro de la misma comunidad antropológica. (León, 2010).

Es en la línea del arte y sobre todo en las áreas multimedia en las que mayores participaciones se han tenido en Latinoamérica por parte de los estudiosos y científicos sociales en antropología, incluso teniendo una participación que ha presentado mucho en contra y poca credibilidad de viabilidad para el adecuado desarrollo de la ciencia, es así como se puede tomar el ejemplo de las participaciones realizadas por Xavier Andrade en Ecuador que perfectamente pueden extrapolarse a toda la región:

De la antropología contra sí misma: contra su pretenciosa seriedad, contra sus códigos de corrección política, contra su autoritarismo textual, contra su mímica de las causas nativas, contra sus suspicacias en el medio ecuatoriano para relacionarse con el mundo de los objetos y con los circuitos del arte. (Andrade, 2014).

Donde se pone en evidencia la constante negativa por parte de otras áreas para creer en la sana aleación con los enfoques holísticos que ofrecen los estudios en antropología para el amplio campo de las ciencias sociales. Es el campo del arte, sobre todo el visual, en donde se ha tenido una mayor participación y vanguardia por parte de los académicos latinoamericanos, es la innovación que ofrecen todas las herramientas tecnológicas utilizadas para captar imágenes, las que ofrecen una manera diferente de abordar los fenómenos sociales, así como también el rescate de aquellos aspectos que nos identifican con la historia y las tradiciones de los pocos pueblos que sobreviven todavía en ciertos países que practican y viven con los esquemas y estructuras de las etnias
originarias precolombinas. Es con las dinámicas que nos ofrece el arte en imágenes y su correspondiente trascendencia temporal-espacial, la que ha permitido la participación muy activa por parte de nuestra ciencia para registrar, describir, analizar y difundir todos los fenómenos humanos:

Entender las relaciones entre el arte contemporáneo y la antropología como un recorrido de doble vía puede enriquecer metodológica y conceptualmente nuestra disciplina. El interés no es estetizar la antropología sino repensar los medios de producción de conocimiento antropológico cuando estos son deliberadamente contaminados con los del arte contemporáneo. (Andrade, 2014).

¿Qué implica pensar la Antropología visual desde América Latina?, ¿cuáles son los desafíos de tal apuesta?

Podemos definir e identificar como “antropología visual” a todas aquellas expresiones multimedia o de imaginería, cuyo contenido de fondo son trabajos o investigaciones antropológicas, es decir, la antropología visual son trabajos etnográficos o de cualquier rama o escuela presente en la ciencia, cuyo mecanismo de difusión y de proyección, no es en sí un documento escrito, sino cualquiera de los recursos de imagen que se tiene disponibles actualmente, el resultado de una etnografía no se traduce a una obra con determinado número de volúmenes y/o paginas textuales, sino, por ejemplo, en un documental cinematográfico en el que se plasman a detalle los resultados de la investigación que sirvió de guion en la correspondiente filmación.

Las tecnologías visuales son hermanas gemelas de la etnografía, porque al igual que ella, recurren a la observación totalizadora, al trabajo de campo y a la experiencia de lo cotidiano (Andrade, 2003).

Es así como cada día son más los antropólogos participantes de las ventajas, flexibilidades, dinámicas y todas las implicaciones que trae consigo el mundo de las expresiones artísticas audiovisuales:

La Antropología visual en nuestro continente es un espacio de confluencia más que un campo cercado por una frontera disciplinar. (León, 2010).

Una de las representantes que mayor impacto han tenido gracias a sus trabajos documentales en cine, es Carmen Guarini de Argentina con sus trabajos como directora, productora, guionista e incluso camarógrafa en sus obras “D-Humanos” y “Calles de la Memoria” por mencionar los más recientes y representativos. También se debe tener en cuenta las producciones de Marta Rodriguez de Silva antropóloga colombiana que también estudió cinematografía y que ha sido mundialmente reconocida por sus trabajos documentales como lo son “Nacer de nuevo” , “Amor, Mujeres y Flores” y “Memoria Viva” narrativas sociales que sirven a la memoria histórica de determinado hecho y que muestran las características de un determinado grupo y demandan la opresión generada, incluso con apoyos gubernamentales, por las diferentes transnacionales y demás entidades imperialistas que es el lucro su único objetivo.

Históricamente los cruces entre Antropología y arte han sido de enorme complejidad, desde su complementariedad para la formulación de lenguajes taxonómicos y científicos, artesanales y artísticos para cumplir con la demanda de los museos, hasta el fomento de proyectos compartidos de investigación entre artistas y etnógrafos. (Andrade y Zamorano, 2012)

La amalgama o mezcla de herramientas originalmente diseñadas y planificadas con cierto fin, diferente a la exposición de características y propiedades humanas de culturas distintas, da como resultado un choque entre instituciones que presenta rasgos y resultados muy variados, que pueden ser óptimos y coordinarse para el logro de todos los objetivos previstos de la mejor
manera estética posible, así como impedir el desarrollo del proyecto y culminar en un conflicto sin solución o acuerdo aparente para el corto plazo. Respecto a la importancia y el alcance que tiene la “antropología visual” Andrade nos dice:

Debido a una explosión del género documental en nuestros países interesa contribuir, también, a los temas planteados por quienes trabajan como productores audiovisuales interesados en las temáticas de la disciplina. Siendo la memoria histórica una de las grandes búsquedas de los realizadores propulsados por el esfuerzo descolonializador, en una región enfrentada además a violentos procesos de olvido obligado desde los Estados –especialmente los dictatoriales– (Andrade, 2012).

En la cita anterior puede observarse la presencia de otra de las características de nuestro subcontinente que hace la necesidad de una creación dinámica para conservar la memoria histórica y todos los valores que se tuvieron previo a la invasión europea en nuestras regiones, la necesidad de descolonizar no solo nuestras políticas y modos de vida contemporáneos, sino también nuestro imaginario, sumado al hecho de procurar tener siempre presente las consecuencias negativas que hechos violentos históricos causaron en nuestra actual estructura social, todo esto hace fuerte la necesidad de procurar una antropología propia, que se apegue mejor al análisis de los grupos sociales presentes en la región y toda la dinámica social que vivimos actualmente.

En el debate antropológico contemporáneo, la interdisciplinariedad y la extradisciplinariedad se han transformado en la punta de lanza de las etnografías experimentales, en las cuales la Antropología relaja la vigilancia de la frontera disciplinaria para dialogar con el Arte, la curaduría, las nuevas tecnologías así como con actores y audiencias diversas. (Andrade, 2012).
Contexto salvadoreño.

Con todas las características presentes en la antropología visual y su capacidad de alcance, difusión, promoción y conservación, se tiene una herramienta de suficiente peso para tratar de ser aprovechada a nivel mundial por la comunidad académica, particularmente en el caso de El Salvador se cuenta ya con un representante cuyos trabajos han logrado aceptación y crítica de manera general en el público al que han sido dirigidos, el antropólogo Marvin Aguilar con su obra “Gritocidio” convierte al formato multimedia y cinematográfico, un tema que ha sido abordado desde las esferas académicas desde hace ya bastante tiempo, el hecho de definir de manera nacional y determinante una fecha de conmemoración de la consolidación como verdadera nación ante el mundo, es un aspecto que merece ser íntegro y capaz de ser cuestionado desde cualquier postura académica y resultar ileso con evidencias históricas reales —es el nacimiento de una nación— por lo que no debe ser tomado a la ligera.

“Gritocidio” enmarca las alteraciones y vacíos que el proceso de independencia en nuestro país tiene presentes en su estructura, el termino gritocidio hace referencia, como en el caso de genocidio y suicidio, al acto por el cual se asesina a un individuo específico; genocidio es el asesinato de un grupo con características determinantes comunes, suicidio es el asesinato de uno mismo, por lo que gritocidio hace referencia al hecho de asesinar “el grito” lo que es una metáfora del hecho que no puedes asegurar de manera íntegra, la existencia de un solo “grito de independencia”, así como no se puede enmarcar de una manera singular el actuar o las acciones que cada uno de los involucrados tuvo en el proceso (Aguilar, 2010).

En Gritocidio se tiene un rico documental de hechos importantísimos que se combinaron para dar origen a la nación, por lo que es importante para comprender la dinámica social de la nación nacida y todas las consecuencias que se tendrían y que hacen eco hasta nuestros días. El uso cinematográfico para registrar dicha información histórica, permite una adecuada difusión y un alcance mucho mayor, que simplemente plasmarlo en un documento académico al que pocos podríamos tener acceso. Eso es parte de lo que la antropología visual permite en nuestra América Latina y es una herramienta que permite el abordaje de muchos temas de interés global (Aguilar, 2010).

Puede observarse como la antropología latinoamericana, si bien no ha creado todo un nuevo compendio de teorías metodológicas y prácticas diferentes a todo lo vigente en el campo de estudio, sí ha tendido por una determinada forma de abordaje y expresión del conjunto de hallazgos producto de la revisión de fenómenos sociales locales, así como la búsqueda de la conservación de aquellos aspectos que nos definen como sociedad y que deben conservarse para una adecuada identidad latinoamericana.

Referencias.

Meads, Margaret. (1971). “Antropología, La ciencia del hombre”, Siglo XX, 1ª, edición, Buenos Aires.

Andrade, Xavier. (2014). “The Vulgarity of Democracy: Cartoons, Masculinity and Politics in Ecuador”. Disertación para PhD en Antropología (manuscrito). Nueva York: The New School for Social Research.

Andrade, Xavier. (2003). “Antropología y estudios culturales. Desmitificando oposiciones banales”. Destiempo N.° 6. Quito, Ecuador.

León, Christian (2010). “Reinventando al otro”. El documental indigenista en el Ecuador. Quito: Consejo Nacional de Cinematografía.

Andrade, Xavier y Zamorano, Gabriela. (2012). Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 42, Quito, © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador

Aguilar, Marvin. (2010). “Gritocidio”. Artículo de opinión de periódico La Página. Recuperado en octubre de 2016 de http://www.lapagina.com.sv/editoriales/38755/2010/09/01/Gritocidio El Salvador.

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