lunes, 19 de noviembre de 2018

Principal fuente de la violencia en El Salvador: “La Lucha de Clases”


Principal fuente de la violencia en El Salvador: “La Lucha de Clases”

En el presente ensayo se pretende plantear de la manera más objetiva, completa y explicita posible aquél factor que para el análisis, compresión, explicación, origen y entendimiento de la violencia juega un factor imperativo y está ligado totalmente a ella y su desarrollo durante la historia, surgimiento y desarrollo del estado salvadoreño como nación “independiente”. Es por muchos factores que la “lucha de clases” es la principal causa o el principal motor de los conflictos surgidos durante la historia en el país, son los conflictos de los intereses de dos clases principales las explicaciones más completas para todos o la mayoría de conflictos registrados.

El sentido de justificación de la violencia nos remite inequívocamente al contexto social en el que se da esa violencia, la sociedad salvadoreña así como el resto de sociedades latinoamericanas, se encuentra profundamente segmentada en grupos sociales, cuyos intereses son irreconciliables, lo cual genera mucha confrontación y una permanente lucha conflictiva que se ve reflejada en el auge de la violencia. El orden social en el que esta sumergida la sociedad salvadoreña, es el producto de una pequeña minoría capitalista que ejerce poder sobre la gran masa popular y refleja en todas y cada una de sus articulaciones los intereses de esa minoría, es decir, la propia configuración de formación del estado salvadoreño que se segmenta en éstas dos clases produce un inherente estado de violencia por la dominación de los pocos sobre los muchos, de los poderosos sobre los impotentes, todo ello conforma lo que se ha denominado, muy acertadamente, como violencia estructural y que es denunciada como un desorden establecido.

Basta con citar algunas de las situaciones cotidianas mantenidas e impulsadas por el propio sistema que bloquean la posibilidad del hecho de que las mayorías satisfagan, así sea de manera elemental, sus más básicas necesidades primarias, lo que provoca que cada tres de cuatro niños sufran algún grado de desnutrición, una de cada dos familias carezca de vivienda propia, uno de cada dos salvadoreños adulto sea analfabeta y que en promedio el habitante salvadoreño apenas tiene oportunidad de acudir una vez a consulta médica básica cada dos años.

Adicional a todo esto, la violencia estructural supone un ordenamiento o un modo legislativo que garantice y perpetúe su desigualdad opresiva creando mecanismos de distribución social de la riqueza e institucionalizando una fuerza coactiva que haga que se respeten y obedezcan esas leyes de ordenamiento, permitiendo así a los dominantes imponer los objetivos de la sociedad entera y plantear un determinado estilo de vida como ideal de existencia. Esta violencia no es una violencia de individuos, ni siquiera es necesario que exista conciencia personal de ella, se trata de una violencia de la sociedad en cuanto a su totalidad y formación como estructura y, mientras no entre en crisis, será impuesta con una soberana naturalidad y normalidad de la que no se tiene conciencia, la conclusión más importante que de aquí se infiere es la más obvia: la violencia ya está presente en mismo ordenamiento social, ya que forma parte de la planeación y construcción de todos y cada uno de los ejes que se concibieron como ordenamiento social para la nación salvadoreña.

La definición social de lo que es violencia constituye en si el mecanismo ideológico mediante el cual el dominador justifica el mismo todo aquello que condena y reproduce en el dominado. Esto nos permite explicar o interpretar todo acto de violencia que se produzca entre los individuos de la sociedad salvadoreña, si bien no los justifica, es de ver el trasfondo que se tiene para cada acto de violencia, sea cual sea su naturaleza, no se puede juzgar el asesinato cometido por un distribuidor de drogas clandestinas en el Bronx de Nueva York con el asesinato cometido por alguien en un contexto de desempleo, miseria, marginación, analfabetismo y hambre; por iguales que hayan sido los actos los factores que los explican o los provocan son totalmente distintos y deben tenerse en cuenta para su adecuada comprensión. Por ello debe tenerse en cuenta que la violencia en el país es el resultado o una consecuencia inevitable de la propia explotación que produce el sistema social mismo, por lo que toma total validez la definición de Paulo Freire (1971) que reza así:

“es la violencia del opresor la que instaura una situación opresiva, sin que el oprimido le quede con frecuencia otro medio para liberarse de su situación que acudir también a la violencia”
  
Esto explicaría la violencia latente en El Salvador como un acto reactivo por parte de aquella mayoría oprimida que en su búsqueda de satisfacción y crecimiento, no vislumbraron otra alternativa más que tornarse violentos contra un sistema que promueve, garantiza y legitima su estado de miserias y vacíos.

Tal como puede observarse y a manera de conclusión última, debe tenerse totalmente en cuenta y muy bien explicado, el entorno en el que se da cada acto de violencia, por igual que sea el acto que se comete por el individuo, debe tenerse en cuenta toda la situación contextual de cada uno de los individuos para poder emitir un juicio que sea válido y certero socialmente.

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