miércoles, 5 de diciembre de 2018

Vaca Sagrada - India


“Si desean ver una verdadera vaca sagrada, salgan a la calle y observen el automóvil de la familia."


El autor hace referencia y trata de contextualizar el significado o representación que guarda para el imaginario colectivo autoimpuesto o estimulado en La India por/para estos animales, que representan para el hindú estándar una figura sagrada de salvación que produce y es madre de toda la vida que se desarrolla sobre la faz de la tierra; el amor a la vaca sagrada si bien puede ser tomado como una característica desubicada o que va en contra incluso del nivel de hambruna que se vive en La India, es solo por nuestra visión tergiversada y basada en estándares occidentales de alta productividad y de desempeño diferente de nuestros animales de granja y la concepción que tenemos al respecto. 

Es en el contexto tanto ecológico-ambiental que se desarrolla en esas latitudes del planeta en el que vale la pena detenerse a pensar en todos los pro y los contra que conllevaría el sacrificio y consumo de estos animales, parte de las características que vuelven especial a la vaca sagrada son sus capacidades de sobrevivencia en ambientes hostiles como lo es La India en las temporadas de sequía previas al monzón, los animales están preparados para sobrevivir con poco alimento (incluso pasando días completos sin ingerir) y con poco consumo de líquido.
Ya poniendo en contexto hindú y por la falta de especializaciones agrícolas y los costos que esas practicas conllevan, es totalmente necesario y valido el llamado “amor a la vaca sagrada” tanto como productoras de más mano de obra, —bueyes—, como por los productos indirectos que son totalmente importantes para la economía en India como lo es el uso que se da a las heces fecales de las vacas que son un constitutivo combustible que es usado por las familias pobres hindúes así como también sirve de fertilizante, producto que de no estar presente sería muy representativo el costo por sustitutos válidos y que sean realmente prácticos para el adecuado desempeño en los menesteres en los que se usan las heces fecales de las vacas sagradas.

Así mismo la sustitución por maquinaria especializada que es el común denominador en América conllevaría serios problemas de desempleo y falta de oportunidad para los agricultores hindúes que basan su existencia en este tipo de prácticas. Las vacas y los bueyes son sustitutos de tractores y fabricas de tractores y su consumo energético es relativamente bajo comparado con las maquinarias. El sacrificio también representa perspectivas contraproducentes para los habitantes hindúes que son campesinos, ya que el sacrificio en época de sequía, si bien podría dar de comer a la familia, deja sin oportunidad o sin herramienta efectiva a la familia para cuando toquen los menesteres agrícolas que suponen la lluvia y el cambio de estaciones.

Lo que deja todavía más explicado el tabú y la negativa al sacrificio de vacas sagradas más por una supervivencia perenne y de largo plazo y no así a sucumbir ante las necesidades inmediatas y a una solución pasajera. El amor a la vaca presenta diferentes visiones tanto para el comerciante hindú que es rico y que podría darle un uso diferente al sacrificio, así como para el campesino que toda una familia depende de lo producido y aquellas actividades llevadas a cabo con la ayuda total y apoyo de el ganado, sin caer en el despilfarro, tanto productivo como energético en que se basa la economía agrícola de La India.

En India podemos observar una tradición agrícola de bajo consumo energético que es totalmente viable y adaptada a los recursos que se tienen como nación y como ecosistema, el amor a la vaca ha dado como resultado una conducta económica que se ha logrado mantener en India a pesar de todos los factores en contra que se tienen como sistema agrícola. Si bien en principio el amor a la vaca nace como una práctica cosmológica parte de las creencias del pueblo hindú, ha tenido resultados beneficiosos que rigen y determinan la supervivencia de la agricultura hindú; sus creencias, costumbres y prácticas van en línea con los sistemas económicos que permiten la supervivencia en India, el autor está totalmente acertado cuando se refiere a que el automóvil de la familia, una de las herramientas occidentales que permiten y facilitan la educación de los hijos de la familia (ir a la escuela) y el desarrollo en el ámbito laboral para el padre de familia es el equivalente a una “vaca sagrada” del contexto hindú, ya que la vaca sagrada permite o hace posible el desarrollo de la agricultura tal y como se ha venido practicando en los últimos miles de años por los pueblos en India.


Carlos Felipe Iraheta
Semi-Dios

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