“Si desean ver una verdadera vaca sagrada, salgan a la calle y observen el automóvil de la familia."
El autor hace referencia y trata de contextualizar el
significado o representación que guarda para el imaginario colectivo
autoimpuesto o estimulado en La India por/para estos animales, que representan
para el hindú estándar una figura sagrada de salvación que produce y es madre
de toda la vida que se desarrolla sobre la faz de la tierra; el amor a la vaca
sagrada si bien puede ser tomado como una característica desubicada o que va en
contra incluso del nivel de hambruna que se vive en La India, es solo por
nuestra visión tergiversada y basada en estándares occidentales de alta
productividad y de desempeño diferente de nuestros animales de granja y la
concepción que tenemos al respecto.
Es en el contexto tanto ecológico-ambiental
que se desarrolla en esas latitudes del planeta en el que vale la pena
detenerse a pensar en todos los pro y los contra que conllevaría el sacrificio
y consumo de estos animales, parte de las características que vuelven especial
a la vaca sagrada son sus capacidades de sobrevivencia en ambientes hostiles
como lo es La India en las temporadas de sequía previas al monzón, los animales
están preparados para sobrevivir con poco alimento (incluso pasando días
completos sin ingerir) y con poco consumo de líquido.
Ya poniendo en contexto
hindú y por la falta de especializaciones agrícolas y los costos que esas
practicas conllevan, es totalmente necesario y valido el llamado “amor a la
vaca sagrada” tanto como productoras de más mano de obra, —bueyes—, como por los
productos indirectos que son totalmente importantes para la economía en India
como lo es el uso que se da a las heces fecales de las vacas que son un
constitutivo combustible que es usado por las familias pobres hindúes así como
también sirve de fertilizante, producto que de no estar presente sería muy
representativo el costo por sustitutos válidos y que sean realmente prácticos
para el adecuado desempeño en los menesteres en los que se usan las heces
fecales de las vacas sagradas.
Así mismo la sustitución por maquinaria
especializada que es el común denominador en América conllevaría serios
problemas de desempleo y falta de oportunidad para los agricultores hindúes que
basan su existencia en este tipo de prácticas. Las vacas y los bueyes son
sustitutos de tractores y fabricas de tractores y su consumo energético es
relativamente bajo comparado con las maquinarias. El sacrificio también
representa perspectivas contraproducentes para los habitantes hindúes que son
campesinos, ya que el sacrificio en época de sequía, si bien podría dar de comer
a la familia, deja sin oportunidad o sin herramienta efectiva a la familia para
cuando toquen los menesteres agrícolas que suponen la lluvia y el cambio de
estaciones.
Lo que deja todavía más explicado el tabú y la negativa al
sacrificio de vacas sagradas más por una supervivencia perenne y de largo plazo
y no así a sucumbir ante las necesidades inmediatas y a una solución pasajera.
El amor a la vaca presenta diferentes visiones tanto para el comerciante hindú
que es rico y que podría darle un uso diferente al sacrificio, así como para el
campesino que toda una familia depende de lo producido y aquellas actividades
llevadas a cabo con la ayuda total y apoyo de el ganado, sin caer en el
despilfarro, tanto productivo como energético en que se basa la economía
agrícola de La India.
En India podemos observar una tradición agrícola de bajo
consumo energético que es totalmente viable y adaptada a los recursos que se
tienen como nación y como ecosistema, el amor a la vaca ha dado como resultado
una conducta económica que se ha logrado mantener en India a pesar de todos los
factores en contra que se tienen como sistema agrícola. Si bien en principio el
amor a la vaca nace como una práctica cosmológica parte de las creencias del
pueblo hindú, ha tenido resultados beneficiosos que rigen y determinan la
supervivencia de la agricultura hindú; sus creencias, costumbres y prácticas
van en línea con los sistemas económicos que permiten la supervivencia en
India, el autor está totalmente acertado cuando se refiere a que el automóvil
de la familia, una de las herramientas occidentales que permiten y facilitan la
educación de los hijos de la familia (ir a la escuela) y el desarrollo en el
ámbito laboral para el padre de familia es el equivalente a una “vaca sagrada”
del contexto hindú, ya que la vaca sagrada permite o hace posible el desarrollo
de la agricultura tal y como se ha venido practicando en los últimos miles de
años por los pueblos en India.
Carlos
Felipe Iraheta
Semi-Dios
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