viernes, 25 de enero de 2019

Saberes Tradicionales.


Antropología Urbana y Contemporánea. 
Saberes Tradicionales.

Los saberes tradicionales, —tomados como referencia específica y determinada hacia una abstracción inequívoca y exacta—, hacen referencia a un tipo de conocimiento, el “conocimiento tradicional”; dicho concepto: “conocimiento tradicional”, ha sido postulado por muchos autores a lo largo de su concepción fenomenológica que data, con mayor acentuación, desde principios del siglo XIX, sin embargo, se utiliza la concepción filosófica tradicionalista de lo que representa en esencia “el conocimiento”, por lo tanto debemos hacer una aproximación a lo que se tiene en el imaginario occidental común, respecto a lo que representa el conocimiento y las diferentes características que están ligadas a dicha conceptualización.

Se retoma toda la construcción filosófica conceptual realizada por Johannes Hessen respecto a lo que debemos concebir como idea general de lo que es el conocimiento y todas las implicaciones y características procesuales que son demandadas para crear dicho fenómeno peculiar de la consciencia humana.

“El fenómeno del conocimiento se nos presenta en sus rasgos fundamentales de la  siguiente manera: En el conocimiento se hallan frente a frente la conciencia y el objeto, el sujeto y el objeto. El conocimiento se presenta como una relación entre estos dos miembros, que permanecen en ella eternamente separados el uno del otro. El dualismo de sujeto y objeto pertenece a la esencia del conocimiento. La relación entre los dos miembros es a la vez una correlación. El sujeto sólo es sujeto para un objeto y el objeto sólo es objeto para un sujeto. Ambos sólo son lo que son en cuanto son para el otro. Pero esta correlación no es reversible. Ser sujeto es algo completamente distinto que ser objeto. La función del sujeto consiste en aprehender el objeto, la del objeto en ser aprehensible y aprehendido por el sujeto.” (Hessen, 1926)

Dicha conceptualización filosófica de lo que es el conocimiento, dista grandemente de la conceptualización común y estándar que se tiene presente en nuestro sistema educativo, que hace mucha más referencia, en esencia, a lo que se denomina, —más acertadamente—, como “conocimiento científico” que puede definirse como:

“El conocimiento es una propiedad que se predica de cada  uno  de esos  entes.  En  efecto,  cada  uno  de  ellos  se relaciona  con  los  demás  entes,  con  lo  que  denominaremos  el exterior, en un doble sentido: conocimiento y acción.” (Luque, 1993).

Se debe tomar en cuenta el punto en que convergen ambas conceptualizaciones, que es la relación entre un observador (el sujeto) y lo observado (objeto, fenómeno) y cuya diferencia son solamente los procesos o metodologías que se utilicen para la observación y la presentación de dicha relación sujeto-objeto. De acá que se parta de una concepción y aceptación de la existencia y validez de un “conocimiento tradicional” o “saberes tradicionales” cuya única diferencia podría considerarse respecto a las bases epistemológicas en las que nace dicho conocimiento, es así como tenemos de algunos autores importantes la siguientes conceptualización:

“Los conocimientos tradicionales se pueden entender como aquellos conocimientos que han sido generados, preservados, aplicados y utilizados por comunidades y pueblos tradicionales, como los grupos indígenas de América Latina, que constituyen una parte medular de las culturas de dichos pueblos, y tienen un enorme potencial para la comprensión y resolución de diferentes problemas sociales y ambientales. Su procedencia no-científica no debería restar legitimidad a dichos conocimientos en la medida en que tanto unos como otros han derivado de prácticas confiables.” (L. Valladares y L. Olivé, 2015)

 Se ha tomado la conceptualización más completa que se verificó disponible para el estudio, dicho concepto enmarca las más grandes, identitarias e inherentes características respecto al tipo de conocimiento en el que nos enfocamos. Los saberes tradicionales cumplen también, de manera muy importante, con una de las características inmutables que dan la validez a determinados conocimientos, tenemos:

“Convencionalmente, en la investigación sobre gestión organizacional del conocimiento (Virtanen, 2010; McIver, Lengnick-Hall, Lengnick-Hall y Ramachandran, 2012), la noción de conocimiento se aborda desde dos perspectivas diferentes, una que ve al conocimiento como algo que se puede adquirir, almacenar y convertir (perspectiva objetivista o commodity/possession perspective), y otra que enfatiza la actividad/práctica de conocer (perspectiva basada-en-lapráctica o community perspective).” (L. Valladares y L. Olivé, 2015)

Así, la perspectiva basada-en-la-práctica enfatiza que el conocimiento toma su verdadero valor y queda totalmente definido en la práctica y que hay un continuo entre lo tácito y lo explícito; el conocimiento no puede ser una entidad objetiva separada del sujeto y separada también de la acción humana, sino que se trata de una práctica humana social y culturalmente constituida por características determinadas por la historia y tradición del grupo.

A continuación se presentan las diferentes características que definan las dos perspectivas que pueden ser tomadas para el análisis del conocimiento, la perspectiva basada-en-la-práctica reúne todas las características inherentes al conocimiento tradicional.

 

“El conocimiento es un proceso dinámico que se manifiesta en el acto mismo de conocer y en las interacciones de agentes con el mundo. Por consiguiente, en la perspectiva basada en la práctica, el conocimiento se vuelve indeterminado, preserva siempre una dimensión tácita y se manifiesta localmente en prácticas o actividades” (McIver, Lengnick-Hall, Lengnick-Hall y Ramachandran, 2012, citado en L. Valladares y L. Olivé, 2015).

Retomamos las propuestas expuestas por Polanyi respecto al conocimiento personal, en el que el autor no determina una dicotomía sobre los tipos de conocimiento, pero expone las características tacitas presentes en el conocimiento y que muchas veces no pueden ser racionalmente justificadas por limitantes lingüísticas y que por lo tanto quedan en el mentalidad del pueblo a manera de creencias o proposiciones. Todo conocimiento parte de un conocimiento tácito, de manera que: “… eliminar los elementos personales del conocimiento apuntaría a la destrucción de todo conocimiento…” (Polanyi, 1966: 20).


Características del conocimiento tradicional

El proceso de conocimiento no se puede minimizar a una actividad puramente teórica, desligada de la práctica: la práctica es una condición del conocimiento, el cual está siempre dirigida por intereses concretos, ocurre en individuos reales, que tienen intereses determinados y buscan desarrollar su vida de manera íntegra, por lo que debe visualizarse el conocimiento como principal herramienta para configurar dinámicas sociales que buscan fines específicos, por lo cual no se debe perder de vista el valor social y el origen del conocimiento, siendo un atributo más colectivo y no así individual.


Enumeración de características del conocimiento tradicional:
·      Dimensión práctica
·      Arraigo territorial
·      Carácter colectivo
·      Origen histórico o linaje
·      Dinamismo intergeneracional
·      Valor económico y socio-ambiental
·      Carácter oral-lingüístico
·      Matriz cultural
·      Expresión de un derecho colectivo

“Entre las categorías de conocimientos tradicionales figuran: los conocimientos agrícolas, los conocimientos científicos, los conocimientos técnicos, los conocimientos ecológicos, los conocimientos medicinales, incluidas las medicinas y los remedios conexos; los conocimientos relacionados con la diversidad biológica, las “expresiones del folclore” en forma de música, baile, canción, artesanía, dibujos y modelos, cuentos y obras de arte; elementos de los idiomas, como los nombres, indicaciones geográficas y símbolos; y bienes culturales muebles.” (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 2002: 13 citado en L. Valladares y L. Olivé, 2015).

De ésta manera queda definido y sólidamente caracterizado el “conocimiento tradicional”, que es mucho más aplicable y valido en la práctica y no así como simple abstracción del pensamiento, carece de sentido hablar de todo conocimiento en general (no solamente de saberes tradicionales sino también de científico-tecnológico), sin aludir a su carácter colectivo y al medio cultural en el cual se desarrollan y cobran sentido las prácticas epistémicas que los generan, transmiten y aplican.

Referencias.

Johaness Hessen, 1926. Teoria del Conocimiento, traducción de José Gaos, Instituto Latinoamericano de Ciencia y Artes, edicin 1980, recuperado en mayo 2017 de https://gnoseologia1.files.wordpress.com/2011/03/teoria-del-conocimiento1.pdf

Joaquín Luque Rodríguez , 1993. El Conocimiento, Universidad de Sevilla, Departamento de Tecnología Electrónica, Sevilla, recuperado en mayo 2017 de  http://personal.us.es/jluque/Libros%20y%20apuntes/1994%20Conocimiento.pdf

Liliana Valladares y León Olivé, 2015, ¿Qué son los conocimientos tradicionales? Apuntes epistemológicos para la interculturalidad, Universidad Nacional Autonoma de México, recuperado en mayo 2017 de Cultura y Presentaciones Sociales http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/mx/

Polanyi, M. 1962. Personal Knowledge: Towards a post-critical Philosophy. Chicago: The University of Chicago Press.

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