Antropología Urbana y Contemporánea.
Saberes
Tradicionales.
Los saberes tradicionales, —tomados como referencia
específica y determinada hacia una abstracción inequívoca y exacta—, hacen
referencia a un tipo de conocimiento, el “conocimiento tradicional”; dicho
concepto: “conocimiento tradicional”, ha sido postulado por muchos autores a lo
largo de su concepción fenomenológica que data, con mayor acentuación, desde principios
del siglo XIX, sin embargo, se utiliza la concepción filosófica tradicionalista
de lo que representa en esencia “el conocimiento”, por lo tanto debemos hacer
una aproximación a lo que se tiene en el imaginario occidental común, respecto
a lo que representa el conocimiento y las diferentes características que están ligadas
a dicha conceptualización.
Se retoma toda la construcción filosófica
conceptual realizada por Johannes Hessen respecto a lo que debemos concebir
como idea general de lo que es el conocimiento y todas las implicaciones y
características procesuales que son demandadas para crear dicho fenómeno
peculiar de la consciencia humana.
“El fenómeno del conocimiento se nos presenta en sus rasgos
fundamentales de la siguiente manera: En el conocimiento se hallan frente a frente la conciencia y
el objeto, el sujeto y el objeto. El conocimiento se presenta como una relación entre estos
dos miembros, que permanecen en ella eternamente separados el uno del otro. El
dualismo de sujeto y objeto pertenece a la esencia del conocimiento. La
relación entre los dos miembros es a la vez una correlación. El sujeto sólo es
sujeto para un objeto y el objeto sólo es objeto para un sujeto. Ambos sólo son
lo que son en cuanto son para el otro. Pero esta correlación no es reversible.
Ser sujeto es algo completamente distinto que ser objeto. La función del sujeto
consiste en aprehender el objeto, la del objeto en ser aprehensible y aprehendido
por el sujeto.” (Hessen, 1926)
Dicha conceptualización filosófica de lo
que es el conocimiento, dista grandemente de la conceptualización común y estándar
que se tiene presente en nuestro sistema educativo, que hace mucha más
referencia, en esencia, a lo que se denomina, —más acertadamente—, como
“conocimiento científico” que puede definirse como:
“El conocimiento es una propiedad que se predica de
cada uno
de esos entes. En
efecto, cada uno
de ellos se relaciona
con los demás
entes, con lo
que denominaremos el exterior, en un doble sentido:
conocimiento y acción.” (Luque, 1993).
Se debe tomar en cuenta el punto en que
convergen ambas conceptualizaciones, que es la relación entre un observador (el
sujeto) y lo observado (objeto, fenómeno) y cuya diferencia son solamente los
procesos o metodologías que se utilicen para la observación y la presentación
de dicha relación sujeto-objeto. De acá que se parta de una concepción y
aceptación de la existencia y validez de un “conocimiento tradicional” o
“saberes tradicionales” cuya única diferencia podría considerarse respecto a
las bases epistemológicas en las que nace dicho conocimiento, es así como
tenemos de algunos autores importantes la siguientes conceptualización:
“Los conocimientos tradicionales se pueden entender como
aquellos conocimientos que han sido generados, preservados, aplicados y
utilizados por comunidades y pueblos tradicionales, como los grupos indígenas
de América Latina, que constituyen una parte medular de las culturas de dichos
pueblos, y tienen un enorme potencial para la comprensión y resolución de
diferentes problemas sociales y ambientales. Su procedencia no-científica no
debería restar legitimidad a dichos conocimientos en la medida en que tanto
unos como otros han derivado de prácticas confiables.” (L. Valladares y L.
Olivé, 2015)
Se ha tomado la conceptualización más
completa que se verificó disponible para el estudio, dicho concepto enmarca las
más grandes, identitarias e inherentes características respecto al tipo de
conocimiento en el que nos enfocamos. Los saberes tradicionales cumplen
también, de manera muy importante, con una de las características inmutables
que dan la validez a determinados conocimientos, tenemos:
“Convencionalmente, en la investigación sobre gestión
organizacional del conocimiento (Virtanen, 2010; McIver, Lengnick-Hall,
Lengnick-Hall y Ramachandran, 2012), la noción de conocimiento se aborda desde
dos perspectivas diferentes, una que ve al conocimiento como algo que se puede
adquirir, almacenar y convertir (perspectiva objetivista o commodity/possession perspective), y otra que enfatiza la
actividad/práctica de conocer (perspectiva basada-en-lapráctica o community perspective).” (L. Valladares
y L. Olivé, 2015)
Así, la perspectiva basada-en-la-práctica
enfatiza que el conocimiento toma su verdadero valor y queda totalmente
definido en la práctica y que hay un continuo entre lo tácito y lo explícito;
el conocimiento no puede ser una entidad objetiva separada del sujeto y
separada también de la acción humana, sino que se trata de una práctica humana
social y culturalmente constituida por características determinadas por la
historia y tradición del grupo.
A continuación se presentan las
diferentes características que definan las dos perspectivas que pueden ser
tomadas para el análisis del conocimiento, la perspectiva basada-en-la-práctica
reúne todas las características inherentes al conocimiento tradicional.
“El conocimiento es un proceso dinámico que se manifiesta en
el acto mismo de conocer y en las interacciones de agentes con el mundo. Por
consiguiente, en la perspectiva basada en la práctica, el conocimiento se
vuelve indeterminado, preserva siempre una dimensión tácita y se manifiesta
localmente en prácticas o actividades” (McIver, Lengnick-Hall, Lengnick-Hall y
Ramachandran, 2012, citado en L. Valladares y L. Olivé, 2015).
Retomamos las propuestas expuestas por
Polanyi respecto al conocimiento personal, en el que el autor no determina una
dicotomía sobre los tipos de conocimiento, pero expone las características
tacitas presentes en el conocimiento y que muchas veces no pueden ser
racionalmente justificadas por limitantes lingüísticas y que por lo tanto
quedan en el mentalidad del pueblo a manera de creencias o proposiciones. Todo
conocimiento parte de un conocimiento tácito, de manera que: “… eliminar los
elementos personales del conocimiento apuntaría a la destrucción de todo
conocimiento…” (Polanyi, 1966: 20).
Características
del conocimiento tradicional
El proceso de conocimiento no se puede minimizar
a una actividad puramente teórica, desligada de la práctica: la práctica es una
condición del conocimiento, el cual está siempre dirigida por intereses
concretos, ocurre en individuos reales, que tienen intereses determinados y
buscan desarrollar su vida de manera íntegra, por lo que debe visualizarse el
conocimiento como principal herramienta para configurar dinámicas sociales que
buscan fines específicos, por lo cual no se debe perder de vista el valor
social y el origen del conocimiento, siendo un atributo más colectivo y no así
individual.
Enumeración de características del conocimiento
tradicional:
·
Dimensión práctica
·
Arraigo
territorial
·
Carácter
colectivo
·
Origen histórico
o linaje
·
Dinamismo
intergeneracional
·
Valor económico
y socio-ambiental
·
Carácter oral-lingüístico
·
Matriz cultural
·
Expresión de un
derecho colectivo
“Entre las categorías de conocimientos tradicionales
figuran: los conocimientos agrícolas, los conocimientos científicos, los
conocimientos técnicos, los conocimientos ecológicos, los conocimientos
medicinales, incluidas las medicinas y los remedios conexos; los conocimientos
relacionados con la diversidad biológica, las “expresiones del folclore” en
forma de música, baile, canción, artesanía, dibujos y modelos, cuentos y obras
de arte; elementos de los idiomas, como los nombres, indicaciones geográficas y
símbolos; y bienes culturales muebles.” (Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual, 2002: 13 citado en L. Valladares y L. Olivé, 2015).
De ésta manera queda definido y
sólidamente caracterizado el “conocimiento tradicional”, que es mucho más
aplicable y valido en la práctica y no así como simple abstracción del
pensamiento, carece de sentido hablar de todo conocimiento en general (no
solamente de saberes tradicionales sino también de científico-tecnológico), sin
aludir a su carácter colectivo y al medio cultural en el cual se desarrollan y
cobran sentido las prácticas epistémicas que los generan, transmiten y aplican.
Referencias.
Johaness Hessen, 1926. Teoria del Conocimiento,
traducción de José Gaos, Instituto Latinoamericano de Ciencia y Artes, edicin
1980, recuperado en mayo 2017 de https://gnoseologia1.files.wordpress.com/2011/03/teoria-del-conocimiento1.pdf
Joaquín Luque Rodríguez , 1993. El Conocimiento,
Universidad de Sevilla, Departamento de Tecnología Electrónica, Sevilla,
recuperado en mayo 2017 de http://personal.us.es/jluque/Libros%20y%20apuntes/1994%20Conocimiento.pdf
Liliana Valladares y León Olivé, 2015, ¿Qué son los
conocimientos tradicionales? Apuntes epistemológicos para la interculturalidad,
Universidad Nacional Autonoma de México, recuperado en mayo 2017 de Cultura y
Presentaciones Sociales http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/mx/
Polanyi, M. 1962. Personal Knowledge: Towards a
post-critical Philosophy. Chicago: The University of Chicago Press.
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